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Sobre el Sindicalismo

 

Cuando todavia no existían los sindicatos como organizaciones que representaban colectivamente a los trabajadores, ellos, como individuos aislados, eran sumamente débiles frente a los dueños y administradores del capital. Por sí solo, el trabajador no tenía la más mínima posibilidad de obligar al patrono a concederle un mejor salario y condiciones de trabajo más dignas. No le quedaba otra alternativa que aceptar el salario de subsistencia y las condiciones de trabajo infrahumanas que los patronos ofrecían o morirse de hambre.

 

Además, como no existían suficientes puestos de trabajo, los trabajadores competían entre sí para conseguir un empleo que les asegurara la vida. Esta competencia traía como consecuencia que los salarios se mantuvieran en niveles muy bajos, mientras que las jornadas se extendían hasta el agotamiento físico de los obreros.

Al fin de cuentas no hubo otra salida: los trabajadores tuvieron que tomar su destino en sus propias manos. Tuvieron que crear ellos mismos la fuerza capaz de dirigir la lucha contra la explotación. En vez de permenecer aislados, se unieron, y en lugar de seguir compitiendo entre sí, decidieron apoyarse mútuamente y luchar de manera conjunta en favor de sus intereses comunes.

 

Así nacieron los sindicatos como organizaciones de, por y para los trabajadores: organizaciones representativas de los obreros en su conjunto, formadas, orientadas y dirigidas por ellos mismos, con la finalidad de luchar en favor de mejoras políticas, sociales y económicas para la clase social que representan. Y mientrás más trabajadores se afiliaron a los sindicatos y participaron en sus luchas, más posibilidades tuvieron de conquistar salarios, condiciones de trabajo y leyes laborales más justas.

 

 

Los Objetivos del Sindicalismo

 

Uno de los objetivos más importantes de las luchas sindicales es el logro de salarios más altos que puedan garantizar a los trabajadores y a sus familias una vida más digna. Sin embargo, no solamente el salario determina la calidad de la vida. Igual importancia que él tienen las condiciones de trabajo, como son la duración de la jornada laboral, el tiempo de vacaciones, las medidas de seguridad e higiene o las posibilidades de ascenso en la empresa. Por lo tanto, el objetivo del mejoramiento de las condiciones de trabajo complementa el objetivo del aumento salarial.

 

El sindicato no sólo tiene una responsabilidad con aquellos que tienen la suerte de poseer un empleo. El sindicato debe luchar por los intereses de los desempleados y subempleados. Por consiguiente, el pleno empleo es otro de los objetivos sindicales esenciales.

 

Las leyes laborales y sociales que establecen el seguro en caso de enfermedad e invalidez, el subsidio para los desempleados, los salarios mínimos o la protección contra los despidos son un dique de contención a los excesos de explotación. Sin embargo, es necesario que estas leyes protectoras no sólo existan en el papel, sino que sean puestas en práctica y cumplidas rigurosamente. Por eso, tanto en constante perfeccionamiento de la legislación laboral y social como su más estricto cumplimiento tienen que estar presentes como objetivos en todo programa sindical.

 

Como los derechos sindicales sólo son garantizados en regímenes auténticamente democráticos, el movimiento sindical plantea el establecimiento y afianzamiento de la democrática política plena como otro de sus postulados básicos. Consciente, sin embargo, de que la existencia de la democracia política no basta para eliminar la injusticia social, el movimiento sindical hizo igualmente suya la lucha por la democracia económica, es decir, por la participación de los trabajadores en la adopción de las decisiones económicas y en el capital productivo.

 

 

Los Principios del Sindicalismo

 

Para poder cumplir su misión de promover y defender los intereses de los trabajadores, el sindicato tiene que observar los siguientes principios:

  • El sindicato debe ser libre. Su formación debe basarse en la libre decisión de los trabajadores, lo que supone también que el trabajador debe tener tanto el derecho de afiliarse como el de desafiliarse.

  • El sindicato debe ser independiente. No debe estar bajo el mando o el tutelaje del gobierno, de la iglesia, de los patronos o de los partidos políticos, sino que debe ser dirigido únicamente por los mismos trabajadores y responder exclusivamente a sus intereses.

  • El sindicato debe ser democrático. Todos los afiliados deben tener los mismos derechos, sin privilegios y sin discriminación. Sus dirigentes deben surgir de elecciones democráticas y están obligados a rendir cuentas de sus actuaciones a los trabajadores a los cuales deben su mandato.

  • El sindicato debe ser participativo. El trabajo sindical es una responsibilidad de todos los afiliados. Con la participación activa de ellos, el sindicato será fuerte y poderoso.

  • El sindicato debe ser responsable. Si actúa sin reflexión y sin preocupación por las consecuencias ulteriores de sus acciones, la situación de los trabajadores puede agravarse en vez de mejorarse. Así, por ejemplo, sólo debe lanzarse a una huelga si ha cumplido con todos los requisitos necesarios para que tenga posibilidades de éxito.

  • El sindicato debe ser solidario. No debe preocuparse únicamente por los propios afiliados y sus reivindicaciones, sino respaldar también las luchas de otros sindicatos, a nivel nacional como internacional. El principio de la solidaridad exige además que los sindicatos no olviden a los desempleados, sino que incorporen los intereses de los más necesitados en sus luchas.

 

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